sábado, 24 de julio de 2010

MANDAMIENTOS QUE NO SE PUEDEN CUMPLIR EN NUESTRA EPOCA!!!!

Mandamientos de la Torah que no se pueden cumplir en nuestra época y en nuestros países


La ley del levirato:

Deu 25:5 Cuando unos hermanos vivan juntos y uno de ellos muera sin dejar hijos, la viuda del difunto no deberá casarse con un extraño fuera de la familia. El hermano de su esposo deberá unirse a ella: la tomará como esposa y cumplirá su deber de cuñado.

Deu 25:6 El primer hijo que ella le dé a luz debe llevar el nombre del hermano muerto, para que no se elimine su nombre de Yisrael.

Deu 25:7 Pero si un hombre no quiere casarse con la viuda de su hermano, la viuda de su hermano comparecerá ante los ancianos en la puerta y declarará: “El hermano de mi esposo se niega a establecer un nombre en Yisrael para su hermano; no quiere cumplir su deber de cuñado”.

Deu 25:8 Los ancianos de su poblado lo llamarán y le hablarán. Si él insiste, diciendo: “No quiero casarme con la viuda”,

Deu 25:9 la viuda de su hermano se acercará a él en presencia de los ancianos, le quitará la sandalia de un pie, le escupirá en la cara, y hará esta declaración: “Así se le debe hacer al hombre que no quiere levantarle familia a su hermano”.

Deu 25:10 Y se le conocerá en Yisrael con el nombre de “la familia del descalzado”.



Ejecuciones por espiritismo:

Lev 20:27 A un hombre o mujer que sea entre ellos un médium o espiritista se le dará muerte; los ejecutarán con piedras –su culpa estará sobre ellos.



Ejecuciones por blasfemar el Nombre:

Lev 24:15 Y al pueblo yisraelita háblale así: “Cualquiera que blasfeme a su Elohim llevará su culpa;

Lev 24:16 si además pronuncia el nombre YHWH, se le dará muerte. Toda la comunidad lo apedreará; extranjero o ciudadano, si ha pronunciado así el Nombre, se le dará muerte.



Ejecuciones por rebeldía:

Deu 21:18 Si un hombre tiene un hijo terco y rebelde, que no le hace caso a su padre ni a su madre aún después que lo disciplinan,

Deu 21:19 su padre y su madre deberán tomarlo y llevarlo a los ancianos de su poblado en la plaza pública de su comunidad.

Deu 21:20 Deben decirles a los ancianos: “Este hijo nuestro es desleal y rebelde; no nos hace caso, es un glotón y un borracho”.

Deu 21:21 Entonces los hombres de su poblado lo apedrearán hasta que muera. Así eliminarás el mal de tu medio: todo Yisrael se enterará y temerá.



Ejecuciones por fornicación:

Deu 22:13 Un hombre se casa con una mujer y cohabita con ella. Después le pierde el cariño

Deu 22:14 y le levanta una acusación y la difama, diciendo: “Yo me casé con esta mujer, pero cuando me allegué a ella encontré que no era virgen”.

Deu 22:15 En tal caso el padre y la madre de la muchacha presentarán la evidencia de la virginidad de la muchacha ante los ancianos del poblado, a la puerta.

Deu 22:16 Y el padre de la muchacha dirá a los ancianos: “Yo le di a este hombre mi hija por esposa, pero él le ha perdido el cariño;

Deu 22:17 por eso ha levantado acusaciones diciendo: ‘No hallé virgen a tu hija,’ ¡Pero aquí está la evidencia de la virginidad de mi hija!” Y la desplegarán delante de los ancianos del poblado.

Deu 22:18 Los ancianos de ese poblado tomarán entonces a ese hombre y lo azotarán,

Deu 22:19 y lo multarán con cien [shékels de] plata y se los dará al padre de la muchacha, porque el hombre ha difamado a una virgen en Yisrael. Además, ella seguirá siendo su esposa; él nunca tendrá derecho a divorciarse de ella.

Deu 22:20 Pero si la acusación resulta cierta, se halló que la muchacha no era virgen,

Deu 22:21 entonces llevarán a la muchacha a la entrada de la casa de su padre, y los hombres de su poblado la apedrearán hasta morir; porque ella hizo una cosa vergonzosa en Yisrael, cometiendo fornicación mientras estaba bajo la autoridad de su padre. Así eliminarás el mal de tu medio.



Ley sobre el sacrificio del cordero de Pésaj:

Deu 16:2 Debes inmolar el sacrificio de pésaj para YHWH tu Elohim del rebaño y de la manada, en el lugar donde YHWH escoja establecer su nombre.

Deu 16:5 No se te permite inmolar el sacrificio de pésaj en cualquiera de las poblaciones que YHWH tu Elohim te está dando;

Deu 16:6 sino que en el lugar donde YHWH tu Elohim escoja establecer su nombre, allí solamente inmolarás el sacrificio de Pésaj, por la tarde, al ponerse el sol, a la hora que saliste de Mitsráyim.

Deu 16:7 Lo cocerás y lo comerás en el lugar que YHWH tu Elohim escoja; y por la mañana puedes emprender tu viaje de regreso a casa.



Leyes sobre sacrificios en el Templo por la impureza:

Lev 5:2 o cuando una persona toque algo impuro –sea el cadáver de una bestia impura o el cadáver de ganado impuro o el cadáver de un reptil impuro– y ocurrió inadvertidamente, y luego, al estar impuro, se da cuenta de su culpa;

Lev 5:3 o cuando toca una inmundicia humana –cualquiera de las inmundicias por las que uno se hace impuro– y, aunque lo sabía, el hecho se le había olvidado, pero luego se da cuenta de su culpa;

Lev 5:4 o cuando una persona exprese un juramento con propósito malo o bueno –cualquier cosa que un hombre exprese en su juramento– y, aunque él lo sabía, se le había olvidado, pero más tarde se da cuenta de su culpa en cualquiera de estos asuntos–

Lev 5:5 cuando se dé cuenta de su culpa en cualquiera de estos asuntos, confesará aquello en lo que haya pecado.

Lev 5:6 Y traerá a YHWH como sanción por el pecado del que sea culpable una hembra del rebaño, oveja o cabra, como ofrenda por el pecado; y el sacerdote hará expiación en su favor por su pecado.



Y podrían multiplicarse bastante los ejemplos de leyes de la Torah que no se pueden observar hoy día, no porque hayan sido abolidas sino por las siguientes razones:

1. Porque no vivimos bajo la teocracia de Israel, y las leyes que tienen que ver con asuntos de juicio civil dependen del tipo de gobierno en que uno vive. Ciertas leyes, como la pena de muerte, sólo eran posibles bajo la teocracia de Israel; hoy día, que no existe la teocracia de Israel y que, además, vivimos en otros países, esas leyes no se pueden implementar.

2. Porque muchas leyes de la Torah sólo se pueden observar si existe el Templo de Yahweh en Jerusalem y si está funcionado el sacerdocio levítico. Y hoy no existe el Tempo de Yahweh en Jerusalem y tampoco está funcionando el sacerdocio levítico.



De modo que las personas que insisten en que los creyentes en el Mesías tenemos que observar “toda la Torah” no le están diciendo toda la verdad al pueblo, ocultan o ignoran principios legales importantes; y, además, si juzgan a sus hermanos de desobedientes están violando el siguiente mandamiento de la Torah Viviente, que es el Mesías:



Mat 7:1 “No juzguen, para que no los juzguen a ustedes.

Mat 7:2 Porque con el juicio con que ustedes juzguen los juzgarán, y con la medida con que midan los medirán.

Mat 7:3 “¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y dejas de ver la viga que está en tu propio ojo?

Mat 7:4 ¿Cómo dirás a tu hermano: ‘Déjame sacarte la paja de tu ojo,’ cuando tienes una viga en el tuyo?

Mat 7:5 Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces podrás ver para sacar la paja del ojo de tu hermano.

Y también violan este principio del Shalíaj Shaúl (el Apóstol Pablo):

Rom 14:4 ¿Quién eres tú para juzgar al siervo ajeno?


Yosef Alvarez
Camuy, Puerto Rico

sábado, 15 de mayo de 2010

La relación del Mesías con el Padre Por Yosef Aharoni

"ESCUCHA ISRAEL YAHWEH NUESTRO ELOHIM YAHWEH UNO ES"

Habiendo estudiado ya los diversos significados de la palabra hebrea elohím, y antes de proceder a estudiar cómo se relaciona la palabra elohím con el Mesías, es importante analizar y entender la relación que existe entre el Mesías y Aquel Ser a quien el mismo Mesías llama “mi Padre y mi Dios” (Mat. 27:46; Jn. 20:17; Rev. 3:12)

El Fundamento mesiánico
Poco antes de despedirse de sus discípulos y de este mundo, el Mesías hizo una larga oración al Padre a favor de sus discípulos, conocida como “la oración sacerdotal” del Mesías. Una de las primeras peticiones que hizo al Padre en esa oración fue esta:

"Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dos verdadero, y al que tú has enviado [Yahshúa el Mesías]” —Yojanán (Juan) 17:3 Biblia de Jerusalén.

Aquí el Maestro está hablando de dos personas: 1) el Padre, a quien él mismo llama “el único Dios verdadero,” y 2) el Hijo que está hablándole al Padre. Es sumamente importante notar que en esta oración el Maestro se dirige a su Padre en el cielo, y él mismo nos dice que el Padre es "el único Dios verdadero." Y si el Hijo mismo nos enseñó esto, entonces decir lo contrario es apartarse de sus enseñanzas.

La fe de la “iglesia primitiva”
Lo que los historiadores llaman “la Iglesia Primitiva,” no es otra cosa que la comunidad original de discípulos de Yahshúa el Nazareno, comunidad que en el siglo primero era conocida como “La secta de los Nazarenos.” Un abogado griego del primer siglo llamado Tértulo llamó a Pablo “el jefe principal de la secta de los nazarenos” en Hechos 24:5. Y a partir de esa “secta” original fundada en el siglo uno por Yahshúa (Jesús) el Nazareno se desarrolló en el siglo dos, tras un número de cambios, lo que hoy se conoce como el cristianismo. En aquella secta judía nazarena original uno de los líderes principales, ya lo leímos, era el Rabino Shaúl (conocido como Saulo de Tarso, o Pablo.) En sus diversos escritos Pablo expresó de variadas maneras cuál era el sentir de la comunidad Nazarena en cuanto al Mesías, y de diversos modos expresó lo que creían ellos acerca de la relación existente entre el Padre Todopoderoso y el Mesías Yahshúa. Pero la afirmación más contundente y determinante fue la que les escribió a los judíos discípulos de Yahshúa en la ciudad de Corinto, Grecia:

“Pues aun cuando se les dé el nombre de dioses, bien en el cielo, bien en la tierra, de forma que hay multitud de dioses y de señores, para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas; y un solo Señor, [Yahshúa el Mesías], por quien son todas las cosas y nosotros por él.” —1Corintios 8:5, 6. B.J.

En resumen, la esencia de la creencia de la “iglesia primitiva” era esta:
"Para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre... y un solo Señor, Yahshúa el Mesías..."

Cualquiera que lea este pasaje sin el pre-concepto trinitario, verá claramente que el Rabino Shaúl (el apóstol Pablo) enseñó exactamente lo mismo que enseñó el Rabino Yahshúa de Nazaret, nuestro Mesías. En ese sólo pasaje hay contenidas siete enseñanzas fundamentales de la llamada “iglesia primitiva”:
1. Que hay un solo Dios
2. Que ese solo Dios es el Padre
3. Que ese solo Dios que es el Padre es nuestro Dios
4. Que ese solo Dios que es el Padre es una persona diferente y aparte del Mesías
5. Que el Mesías no es el Padre
6. Que el Mesías es nuestro Señor (nuestro Amo)
7. Que por lo tanto el Mesías no es nuestro Dios.

Pablo insiste en lo mismo muchas veces
En una carta que data del siglo uno, escrita por el apóstol Pablo a su discípulo Timoteo, Pablo expresó lo que constituía la fe fundamental de la “iglesia primitiva” en tocante a la relación del Mesías con el Padre:

"Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, [el Mesías Yahshúa], hombre también." —1 Timoteo 2:5 B.J.

Aquí Shaúl (Pablo) repite de nuevo lo que dijo tantas veces: que "hay un solo Dios," y que al lado de ese Dios hay un mediador que es el Mesías. Nótese que aquí Rabí Shaúl hace una distinción clara y precisa entre la Persona que es "Dios" y la persona que es el mediador entre ese Dios y los hombres. De manera que aquí se habla de tres entes, tres personas:
1) el Dios,
2) el Mediador
3) el hombre.
De estos tres, el "un solo Dios" es obviamente el Padre; el “un solo Mediador” es Yahshúa su Hijo; y “el hombre” es la raza humana. Además, como corolario, este pasaje nos muestra que aun después de estar glorificado en el cielo Yahshúa todavía es "hombre también."

David conoció la relación entre el Mesías y el Padre
David, el autor principal delo Salmos, fue un Rey que escribió bajo la inspiración del espíritu de santidad. En visión profética David percibió al padre Yahwéh y a su Mesías, y entendió correctamente la relación entre ambos.

"(2) se presentan los reyes de la tierra, ... contra Yahwéh y su Ungido... (11) Servid a Yahwéh con temor, y alegraos con temblor. (12) Besad al Hijo, no sea que se enoje..."
—Tehilím (Salmos) 1:2, 11, 12 Reina-Valera Actualizada

En este salmo profético se habla de dos personas: Yahweh por un lado, y su Ungido por otro lado. Ungido en hebreo es "Mashíaj." Así que Yahwéh es uno, y su Mashíaj es otro. Confundirlos como si fueran la misma persona no es sana doctrina sino que es contradecir lo que la Biblia expresa en términos claros y sencillos. Además, aquí se expresa que el Mashíaj es "Hijo" de Yahweh. Esa relación de "hijo" es una relación espiritual. No es que el Eterno lo haya engendrado en una "diosa celestial" sino que es hijo por cuanto él lo creó. Véase proverbios 8:22, Biblia de Jerusalén; Versión Popular Dios Habla Hoy; y Reina-Valera Actualizada.

¿Qué es necesario creer para tener vida eterna?
Los discípulos del Mesías, los Apóstoles, como buenos judíos que eran todos, tenían un concepto claro y sencillo sobre quién es el Mesías. Nunca lo confundieron con el Padre, o con el “Dios” [Elohim],

"Estos [sucesos] han sido escritos para que crean que [Yahshúa] es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo [esto], tengan vida en su nombre." —Yojanán (Juan) 20:31

Este claro pasaje del apóstol Yojanán nos enseña tres cosas básicas:
1) Que Yahshúa es el Mashíaj (el Ungido);
2) Que Yahshúa es el Hijo de Dios;
3) Que creyendo esto acerca de él tenemos vida eterna.
¿Que es lo que hay que creer sobre Yahshúa? ¿Que es Dios? NO. ¿Que es el Hijo de Dios? SÍ. Esto es lo que enseña una y otra vez la Escritura: que Yahshúa es Hijo de Dios, y por lo tanto es nuestro Hermano Mayor, no nuestro Dios.

La enseñanza inspirada del apóstol Pedro
Después de sanar a un tullido “en el nombre de Yahshúa el Mesías, el Nazareno,” (Hechos 3:5), el apóstol Pedro (Kefá) pronunció un discurso ante el pueblo judío que se admiraban a causa del milagro. Pedro comenzó su discurso diciendo esto:

"...El Dios de Abraham de Isaac, y de Jacob, el Dios de nuestros Padres ha glorificado a su siervo Yahshúa..." —Hechos 3:13 Biblia de Jerusalén

En una nota al calce en la Biblia de Jerusalén, edición para Latinoamérica, dice: “Los cristianos reconocen en Jesús al misterioso siervo de Yahvé, Isaías 42+.” La palabra que se ha traducido “siervo” en este pasaje, y que Reina-Valera traduce “hijo,” es paidós. El término griego paidós puede significar “hijo” pero generalmente significa “siervo.” La palabra griega que siempre significa “hijo” es juiós, de la cual procede el término español hijo.
Este sencillo pasaje debería bastar para resolver toda la cuestión de quién es el Padre y quién es el Hijo. El apóstol Shimón (Pedro) dice aquí claramente que "El Dios de Abraham" glorifico a "su siervo (o Hijo) Yahshúa." ¿Cuantas personas ve usted aquí? Yo veo dos. Ahora bien, ¿quién es "el Dios de Abraham"? Obviamente Yahwéh. Entones la expresión se pude refrasear así: "Yahweh glorificó a su Siervo (o Hijo) Yahshúa." De modo que aquí se hace meridianamente caro que Yahweh es el Padre (nuestro Dios), y Yahshúa es el Hijo (nuestro Mediador); dos personas, uno es padre del otro; así que el otro es hijo.

La oración de los apóstoles en la persecución
En una hermosa oración que elevaron los apóstoles cuando estaban siendo perseguidos por las autoridades de Jerusalem, se muestra claramente que ellos entendían de manera correcta la verdadera relación que hay entre el Padre y el Hijo:

"(24) todos a una elevaron su voz a Dios y dijeron: ‘Soberano: Tú hiciste el cielo y la tierra... Porque verdaderamente en esta ciudad se han aliado ... contra tu santo siervo [o Hijo] Yahshúa, a quien has ungido..." —Hechos 4:24, 27 B.J.

Es claro por este pasaje que los discípulos del Mesías sabían distinguir muy bien entre Yahshúa y su Padre celestial. A diferencia de muchos cristianos de hoy día, los discípulos originales sabían muy bien que el "Soberano" (Yahwéh) es el Creador, y que Yahshúa es "su santo Hijo," o, como correctamente traduce la Biblia de Jerusalén, su “santo siervo.” Esto fue siempre la creencia fundamental de la llamada “iglesia primitiva.”
Otro dato importante es que en este pasaje, al igual que en el anterior, no se usa la palabra griega para hijo, que es "juiós," sino que se usa la palabra "paidós," que significa "siervo." Por eso usted verá en otras traducciones de la Biblia que se dice aquí "tu santo siervo Yahshúa," y esta es la traducción más correcta de esta frase. Porque Isaías 53 nos presenta al Mesías como “el Siervo Sufriente de Yahvé.”

Las salutaciones en las cartas de Pablo
Pablo siempre comenzaba sus cartas con un saludo que dirigía la atención de los lectores hacia las dos Personas más importantes del universo y de nuestra fe: al Padre celestial y a Su Hijo humano.

"(7) ... a ustedes gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre, y del Señor [Maestro] Yahshúa el Mesías... (8) Ante todo, doy gracias a mi Dios por medio de Yahshúa el Mesías..." —Romanos 1:7, 8

Como este, podríamos citar montones de pasajes de las cartas de los apóstoles en los que se hace clara distinción de la relación entre el Padre y el Hijo como dos personas distintas, siempre poniendo al Padre en primer lugar como superior. Note cómo pablo llama aquí al Padre “mi Dios” y al Hijo lo llama “el Mesías,” en griego Jristós, esto es “el Ungido.”
Otro dato interesante es que en estas salutaciones los apóstoles no mencionan para nada al espíritu santo, obviamente porque no lo consideraban una persona. En todos los Escritos Apostólicos se habla de dos Personas divinas, el Padre y el Hijo; nadie más, y de ambos procede el poder, la energía divina que es el espíritu santo, correctamente llamado en hebreo el “espíritu de santidad.”

¿Quién resucitó a quién?
Algunos predicadores enseñan la errónea idea de que el Mesías se resucitó a sí mismo. Pero la Escritura Inspirada nos enseña claramente lo contrario:

"(32) Dios ha resucitado a este mismo [Yahshúa].. (36) Sepa todo el pueblo de Israel, con toda seguridad, que a este mismo [Yahshúa]... Dios lo ha hecho Señor y Mesías."
—Hechos 2:32, 36 Versión Popular Dios Habla Hoy

Aquí el apóstol Shimón (Pedro) aclara quién fue el que resucitó a Yahshúa. No fue que él se resucitó a sí, como enseñan erróneamente algunos. La pluma inspirada nos dice que "Dios lo resucitó." Y además, si Yahshúa es “Señor y Mesías” es porque Dios lo nombró así. ¿No es esto lo que dice el pasaje? Si se leen con cuidado las Escrituras Inspiradas, se verá que siempre se pone la figura de "Dios" [Yahweh] primero y superior sobre todos los demás.

El Dios del Mesías
Ahora que el Mesías está glorificado en el cielo, ¿tiene un Dios sobre él? ¿Hay alguien a quien él llama aún “mi Dios”? Claramente sí:

"Al vencedor le pondré de columna en el Santuario de mi Dios, y grabaré en él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que baja del cielo enviada por mi Dios, y mi nombre nuevo." —Revelación 3:12 B.J.

Hay predicadores que han leído este pasaje centenares de veces y todavía no se han dado cuenta de lo que dice. ¿Quién está hablando aquí? El Mesías glorificado y entronizado en el cielo a la diestra de su Padre. ¿No es cierto? Bueno, pues ese Mesías glorificado en el cielo llama a su Padre "Mi Dios" cuatro veces en este solo versículo.
Véase también Juan 20:17, donde el Mesías resucitado se le aparece a Miriam (María) la Magdalena, y cuando ésta lo toca, tal vez postrada a sus pies, el Mesías le dice: “Deja de tocarme, que todavía no he subido al Padre. Pero ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.” (Biblia de Jerusalén)
De manera que Yahwéh, el Padre, nuestro Dios, es también el Dios del Mesías. Y no puede haber más que un solo Dios verdadero, así que por eso es totalmente erróneo, equivocado, incorrecto llamar a Yahshúa (Jesús) "nuestro Dios," como se les ha enseñado a muchos.

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Otras referencias:

Juan 14:28. Aquí se muestra que Yahwéh es mayor que Yahshúa.
Juan 6:57. Yahshúa mismo dijo que su vida depende de su Padre Yahwéh.
Malaki 3:1, 2. Se menciona al Mesías como el Mensajero del Pacto.

¿Quién es el Dios verdadero en 1 Juan 5:20? — ¡La Verdad que Pocos quieren Ver! (Las Nuevas Evidencias)

Por Mario A. Olcese

“También sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y estamos con el Verdadero, con* su Hijo Yahshúa el Mesías. Éste es el Dios verdadero y la vida eterna”.

Muchos de los que erradamente creen que el Mesías es el Dios verdadero sostienen que la oración final en este verso: “Este es el verdadero Dios y la vida eterna”, se refiere a Yahshúa el Mesías, puesto que el sustantivo más cercano a “Este” es “Yahshúa el Mesías”. Sin embargo, puesto que Dios y el Mesías son ambos referidos en la primera oración del verso, la oración final puede referirse a cualquiera de ellos. La palabra (pronombre) “Este”, que inicia la oración final, es houtos, y un estudio de él mostrará que el contexto, no el sustantivo o pronombre más cercano, debe determinar a cuál “Este” se está refiriendo. La Biblia provee ejemplos de esto, y uno bueno está en Hechos 7:18 y 19: “Hasta que se levantó otro rey en Egipto que no conocía á José. Este [houtos], usando de astucia con nuestro linaje, maltrató á nuestros padres, á fin de que pusiesen á peligro de muerte sus niños, para que cesase la generación”. Es claro de este ejemplo que “este” [houtos] no puede referirse a José, aunque José es el sustantivo más próximo. Se refiere al otro rey, el primero, en el verso, aunque ese rey malvado no es el sustantivo más cercano.

Si fuera verdad de que los pronombres siempre se refieren al sustantivo más próximo, resultarían en serios problemas teológicos. Un ejemplo es Hechos 4:10, 11: “Sea notorio á todos vosotros, y á todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Yahshúa el Mesías de Nazaret, al que vosotros crucificasteis y Dios le resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. Este [Houtos] es la piedra reprobada de vosotros los edificadores, la cual es puesta por cabeza del ángulo”. Si “Este” en la última oración se refiere al sustantivo o pronombre más próximo, entonces el hombre que fue sanado es realmente la piedra rechazada por los constructores y que ha venido a ser cabeza del ángulo, es decir, el Mesías. Por supuesto que esto no es verdad.

Un aun más problemático ejemplo para aquellos que no reconocen que el contexto, no la colocación del sustantivo o pronombre, es la clave más vital para el significado adecuado, 1 Juan 5:20, donde se lee: “También sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y estamos con el Verdadero, con* su Hijo Yahshúa el Mesías. Éste [Houtos] es el Dios verdadero y la vida eterna”. Como en los dos ejemplos anteriores, el pronombre “Este” en este versículo no se relaciona con el sustantivo más próximo, sino que se refiere al Padre, una de las dos personas que se mencionan en todo el versículo.

Finalmente, es el propio Maestro Yahshúa el Mesías quien nos reveló al Padre diciendo: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan (no, “nos conozcan”) a ti, el único Dios verdadero, y a Yahshúa el Mesías, a quien has enviado”. Aquí claramente nuestro amado Maestro nos enseña una verdad que pocos quieren aceptar por culpa de la tradición Católica y Protestante. Y esta verdad es que el Mesías mismo enseñó que sólo Su Padre es el único Dios verdadero y nadie más. Incluso, ya en el cielo, Yahshúa sigue llamando a Su Padre como “MI DIOS” 4 veces en Apo. 3:12:. “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi nombre nuevo”. Nos preguntamos, ¿puede un Dios verdadero tener su propio Dios verdadero? Creo que aquí hay un punto que merece seria consideración.

lunes, 30 de noviembre de 2009

¿YAHSHUA HAMASHIAJ ES EL FIN DE LA LEY?

En Romiyim (Romanos) 10:4 podemos leer:

«Porque el Mesías es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree.» (LBLA)



¿Qué significa esto? ¿Dejó la ley de existir después de la muerte del Mesías? ¿Ya no opera la ley como nuestro guía para mostrarnos lo bueno y lo malo? ¿Podemos impunemente maldecir a nuestro padre y madre y aún disfrutar la bendición de YHWH? ¿Podemos asesinar a nuestro vecino y aún considerarnos justos ya que el Mesías es el «fin de la ley»?

Creo que usted estará de acuerdo con que no podemos hacer ninguna de esas cosas y seguir disfrutando el favor de YHWH. ¿Entonces, cuál es el significado de Romanos 10:4?

La clave para entender esto es la palabra «fin». En español puede significar meta, objetivo, propósito, resultado, así como término. La palabra griega «télos» de la cual se traduce puede tener significados similares. Considere los siguientes pasajes:

* «Pero ahora, habiendo sido libertados del pecado y hechos siervos de Elohim, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como resultado (télos) la vida eterna.» (Ro. 6:22 LBLA).



Habiendo sido liberados del pecado, nuestra meta, nuestro propósito, es la vida eterna

* «Pero el propósito de nuestra instrucción es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera. (1 Ti 1:5 LBLA).



¿Terminó el mandamiento; el mandamiento que dice ama a YHWH y a tu prójimo? No. Nuevamente vemos que el significado es «el propósito del mandamiento» es mantener un amor no fingido. La Versión Revisada Estándar lo pone de la siguiente manera: «…en tanto que el propósito de nuestro(a) mandato es amor que mana de un corazón puro…»

* «Obteniendo, como resultado de vuestra fe, la salvación de vuestras almas. (1 P. 1:9 LBLA).



La Versión Revisada Estándar dice:

* «Como consecuencia de vuestra fe ustedes obtienen la salvación de vuestras almas».

Y la Versión de Berkley dice:

* «Mientras obtienen la salvación de vuestras almas como el resultado de vuestra fe».



«Habéis oído de la paciencia de Iyov (Job), y habéis visto el fin de YHWH; que YHWH es muy piadoso, y de tierna misericordia» (Stg. 5:11) ¿Qué es esto? ¿Acaso el Ser Supremo dejó de existir? No mis hermanos. Hemos visto la meta, o el propósito del Ser Supremo al traer muchas almas, incluyendo la de Job, a la salvación. La Versión Revisada Estándar dice, «Han oído de la firmeza de Job, y han visto el propósito de YHWH…»

Nuevamente veamos Romanos 10:4... Muchos de los judíos en los días de Pablo no veían la necesidad de un Salvador, un Mesías. Ellos tenían la ley que les definía el pecado, y por lo tanto, el camino hacia la justicia (Ro. 10:1-3). Pero ese es exactamente el problema. La ley sólo define el pecado. No lo hace ni puede quitar el pecado.

¿Qué escribió Pablo en otro lugar? La ley es nuestro tutor que nos conduce al Mesías para que podamos ser justificados; no por la ley, sino mediante la fe (Gl 3:24). De esta manera Yahoshúa el Mesías fue el fin, el propósito, la meta, de la ley. (Ro 10:4)

Lo que la ley no pudo hacer (quitar el pecado), Yahoshúa puede hacerlo – y lo hará – por todos los que crean en YHWH, se arrepientan de quebrantar la ley, confiesen a Yahoshúa como el Mesías (Ro. 10:8-10); y sean bautizados en el nombre de Yahoshúa (Ro. 6:1-6).

Una vez que haya hecho esto, el creyente ya no está bajo la pena (de muerte) de la ley, sino que es el receptor potencial de la vida eterna (Ro. 6:21-23). La ley aún permanece, incluyendo el cuarto mandamiento.

viernes, 27 de noviembre de 2009

¿ES EL DOMINGO EL DIA DEL "SEÑOR"?

“Acuérdate del día de reposo para apartarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Yahwéh tu Elohim; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Yahwéh los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Yahwéh bendijo el día de reposo y lo apartó” Éxodo 20:8-11

Probablemente, Éxodo 20 es uno de los pasajes más conocidos entre las comunidades de creyentes en el Mesías (junto al Salmo 23 y Juan 3:16, entre otros). La mayoría de los creyentes concuerdan en que los Diez Mandamientos son un fundamento importante para llevar una vida piadosa e íntegra ante el Creador. Ahora, si son diez los mandamientos, ¿por qué muchos sólo observan nueve, y obvian la ordenanza de guardar el día de reposo (shabat), cambiándolo por el domingo?

A través de toda la Escritura, vemos que el día señalado por Yahwéh para tener reposo e intimar con Él por medio del estudio de las Escrituras es el shabat, el cual corresponde al sábado (séptimo día) en nuestro calendario semanal. ¿Por qué? Veamos las respuestas que nos da la Escritura:

“Y acabó Elohim en el día séptimo la obra que hizo; y REPOSÓ EL DÍA SÉPTIMO de toda la obra que hizo. Y BENDIJO ELOHIM AL DÍA SÉPTIMO, y lo apartó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.” Génesis 2:2-3

Aquí claramente vemos que Yahwéh, desde la creación misma, bendijo y apartó el día séptimo. Si el mismo Creador, siendo el Todopoderoso, reposó en el séptimo día, ¿cuánto más nosotros? No creo que el Creador necesitara reposar; Él es Elohim Omnipotente y no necesita descanso. Más bien el escogió reposar para darnos un mensaje.

“Seis días lo recogeréis; mas el séptimo día es día de reposo; en él no se hallará.” Éxodo 16:26

Vemos en el verso anterior que Yahwéh ordena al pueblo a guardar el día de reposo cuando les suple el maná (vea el capítulo 16 completo para más detalles). Incluso, les dice que recojan doble porción durante el día sexto, pues durante el día de reposo o shabat no habría provisión. Nuevamente, ¡hasta el mismo Creador escogió reposar el séptimo día! No porque tuviera necesidad de hacerlo, sino porque quería enviar un mensaje al pueblo de Israel por medio de su ejemplo.

“Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Yahwéh, las cuales proclamaréis como apartadas convocaciones, serán estas: Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, apartada convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Yahwéh en dondequiera que habitéis.” Levítico 23:2-3

El capítulo completo de Levítico 23 nos habla acerca de las fiestas o convocaciones que Yahwéh ordenó a su pueblo celebrar (para una descripción general de éstas, consulte la reflexión "Las fiestas de Yahwéh” en nuestro blog). Mucha gente alega que estas convocaciones son solamente de los “judíos” y que no nos competen. Sin embargo, la Escritura no dice que son las “fiestas de los judíos”; son las fiestas de Yahwéh. Si decimos que somos su pueblo, debemos perseguir sus intereses, los cuales están plasmados claramente en la Escritura. Por lo que puedo percibir aquí, a Yahwéh si le interesa que su pueblo guarde el shabat, tal y como Él lo estableció. De hecho, ¡es la primera convocación establecida, según en este capítulo y el resto de las Escrituras!

“Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día apartado, y lo llamares delicia, apartado, esplendor de Yahwéh; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Yahwéh; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Yahwéh lo ha hablado.” Isaías 58:13-14

¡Qué hermosa promesa para aquellos que guardan el shabat según su Palabra! El mismo Creador nos exhorta a llamar al shabat delicia. Tal vez la idea de guardar el día de reposo resulte algo tedioso para muchos al principio. De hecho, tengo que confesar que, cuando comencé a guardar el shabat, me resultaba difícil, pues no estaba acostumbrado. Sin embargo, a medida que me fui sumergiendo en su Palabra y obedeciendo sus instrucciones, empecé a anhelar el shabat. Ahora cada semana espero con ansias la llegada de ese hermoso día; es verdaderamente una delicia.

“Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal.” Isaías 56:2

Una vez más, vemos en este verso (y el resto del capítulo 56, el cual habla también sobre los extranjeros) que el Creador promete bendición para aquellos que guardan el shabat, no importando su procedencia. Podemos ver claramente aquí que esto no es sólo para los “judíos”, sino para todo aquel que entre bajo su pacto, siguiendo su Palabra.

“Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Yahwéh los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó.” Éxodo 31:16-17

En estos versos encontramos dos datos muy importantes. Primero, el shabat se celebrará de generación en generación, por pacto perpetuo. Algo perpetuo es algo perdurable, que se mantiene a través del tiempo, no importando lo que suceda, lo cual confirma que esta ordenanza aun está vigente. Segundo, el shabat es una señal que distingue a su pueblo. En otras palabras, aquellos que son pueblo de Yahwéh deben guardar el shabat como señal al mundo de que, efectivamente, son su pueblo.

Si el shabat es un estatuto perpetuo, ¿por qué muchos no lo guardan hoy día? He escuchado varias razones por las cuales algunos sectores han escogido no guardar el shabat, de las cuales la más común es “que Yahshúa abolió el shabat y estableció el domingo como el nuevo día para congregarse”. Sin embargo, esto es totalmente incorrecto, como veremos a continuación.

Muchos dicen que el shabat fue abolido por Yahshúa ya que el dijo que era “señor del sábado” (Marcos 2:28) y que, al resucitar domingo, él estableció ese día para recordarle. Sin embargo, ésto está muy lejos de la verdad. En primer lugar, Yahshúa NO resucitó domingo, sino durante la tarde del shabat, antes de ponerse el sol. Por otro lado, cuando Yahshúa dijo que era adón o “señor” del sábado, bajo ningún motivo estaba aboliendo el shabat como día de reposo.

Si leemos el contexto de este pasaje, esta frase fue una respuesta a los fariseos que criticaron a los discípulos por recoger espigas durante el shabat, pues tenían hambre. Yahshúa se oponía a la manera estricta e inhumana que tenían los fariseos y otros líderes religiosos de interpretar y aplicar la Torah (Ley), y éste es un vivo ejemplo de ello. En otras palabras, Yahshúa recriminó a los fariseos por poner sus dogmas de hombres por encima de la necesidad humana, y demostró la forma correcta de seguir las instrucciones dadas por Yahwéh. De hecho, ¡que mejor día para atender la necesidad humana y traer reposo a los oprimidos que el mismo día de reposo! Por último, más que abolir la observancia del shabat con esta frase, yo creo que Yahshúa estaba anunciando al mundo que ni aun la muerte lo iba a retener durante el shabat.

Por otro lado, si Yahshúa hubiese tenido en mente abolir el shabat, ¿por qué él mismo lo observó? Claramente lo dice la Escritura:

“Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, CONFORME A SU COSTUMBRE, y se levantó a leer. “ Lucas 4:16

Era costumbre de Yahshúa, desde su niñez, y como toda persona de Israel, reposar el séptimo día y acudir a la sinagoga, ya sea para escuchar la exposición de las Escrituras, o para él mismo enseñar.

Luego de la muerte de Yahshúa, sus discípulos siguieron observando el shabat:

“Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron en la sinagoga un día de reposo y se sentaron.” Hechos 13:14

“Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el siguiente día de reposo les hablasen de estas cosas.” Hechos 13:42

“Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo.” Hechos 15:22

Incluso, el mismo Shaúl (Pablo) guardó el shabat durante toda su vida y ministerio:

“Y un día de reposo salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido.” Hechos 16:13

“Y Shaúl, COMO ACOSTUMBRABA, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos, declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Mashiaj (Ungido) padeciese, y resucitase de los muertos; y que Yahshúa, a quien yo os anuncio, decía él, es el Mashiaj (Ungido de Yahwéh).” Hechos 17:2-3

Si los discípulos y Shaúl aun guardaban el shabat durante el primer siglo, luego de la muerte de Yahshúa, ¿en qué momento se dejó de observar? La contestación la encontramos en las reformas de Constantino I. Aunque una discusión acerca de quién fue Constantino I y su influencia sobre la iglesia moderna está fuera del alcance de esta reflexión, sí les puedo asegurar que fue uno de los más grandes antisemitas de todos los tiempos, y sus imposiciones y reformas han afectado negativamente la realidad de las Escrituras hasta hoy. Citando del artículo de Wikipedia en español sobre el emperador Constantino I:

“Las leyes de Constantino mejoraron en muchas facetas las de sus predecesores, aunque también son un reflejo de una época más violenta. Algunos ejemplos de estas leyes son... EL DOMINGO FUE DECLARADO DÍA DE DESCANSO, en el cual los mercados permanecerían cerrados, así como las oficinas públicas (excepto para el propósito de la liberación de esclavos). No había restricciones para el trabajo en las granjas.”

De modo que no fue Yahshúa, ni los discípulos, ni Shaúl, quien abolió la observancia del shabat, sino Constantino I, quien fundó las bases del catolicismo y el cristianismo moderno. Sin embargo, como ya hemos visto a través de las Escrituras, ésto no fue lo que Yahwéh estableció en su Palabra. La observancia del domingo como “día del señor” está fundamentada en la adoración al sol, en especial el mitraísmo (adoración a la deidad Mitra) romano, lo cual nuestro Creador condena. Ni siquiera me atrevería a llamar al domingo “día de reposo”, pues la verdad es que nadie reposa como tal ese día; la mayoría de la gente asiste a la iglesia y luego siguen su día de trabajo realizando diligencias como cualquier otro día.

Para concluir, cabe mencionar que el shabat será celebrado en el reino por venir:

“Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Yahwéh, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre. Y de mes en mes, Y DE DÍA DE REPOSO EN DÍA DE REPOSO, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Yahwéh” Isaías 66:22-23

Si finalmente el shabat será observado en el reino venidero, ¿qué sentido hace que Yahwéh haya establecido el shabat como estatuto perpetuo en la antigüedad, para luego abolirlo a través de Yahshúa, para finalmente volverlo a restaurar? No hace sentido; más bien da una imagen errónea de un ser Supremo que no tiene firmeza en su propia palabra, o está indeciso, o no planifica su obra. ¡No, de ninguna manera! ¡Ese no es Yahwéh, el Poderoso y Fiel! Su Palabra permanece para siempre, y nunca cambia. Lo que Él dijo ayer, sigue estando vigente hoy, y permanecerá así por siempre.

De modo que, si somos su pueblo, guardemos TODOS sus mandamientos. Son una delicia para nuestra vida, y nos traen bendición y vida eterna.

“...si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.” Mateo 19:17

por Angel Candelaria
http://www.raiceshebreas.info/

jueves, 26 de noviembre de 2009

LA LEY Y LA GRACIA

Otro malentendido común en la iglesia hoy día es el concepto de que la Torah y la gracia son ideas mutuamente excluyentes. Por ejemplo un autor escribe: «Un creyente no puede estar bajo la ley y bajo la gracia al mismo tiempo.» (El Plan de Dios de los Siglos; Louis T. Tallbot; 1970; p. 83)

Ahora vamos a ser nobles bereanos para ver si esto es cierto. Preguntémonos: ¿cómo se salvaba la gente en tiempos del «Antiguo Testamento»? ¿se salvaban por obras o por gracia? El hecho es que cuando Pablo habla de cómo somos salvos por gracia mediante la fe a menudo cita del Tanakh para probar su punto. Dos de sus textos de prueba favoritos para este concepto son del Tanakh: «Y él le creyó a YHWH; y se lo contó por justicia.» (Gn. 15:6 = Rm. 4:3, 22; Gl. 3:6) y «...el justo vivirá por la fe.» (Hab. 2:4 = Rm. 1:17; Gl. 3:11)

Así que está argumentando con base en el Tanakh que uno se salva por fe solamente aparte de las obras. De hecho, la pura verdad es que los hombres de los tiempos del «Antiguo Testamento» estaban bajo la gracia tanto como nosotros hoy día:

* «Pero Nóaj halló gracia a los ojos de YHWH.» (Gn. 6:8)

* «tú también has hallado gracia a mi vista … pues has ganado gracia a mi vista» (Ex. 33:12,17)

* «...y ahora he hallado gracia a tu vista...» (Jue. 6:17)

* «El pueblo hallo gracia en el desierto...» (Jer. 31:2)

Así como nobles bereanos hemos aprendido del Tanakh que la gente en tiempos del «Antiguo Testamento» se salvaban por gracia mediante la fe. No habrían podido hallar su salvación de manera diferente a la que hallamos hoy día, como escribe Pablo:

«Sabiendo que el hombre no se justifica por obras de la ley, sino por la fe de Yahoshúa el Mesías, y aun nosotros hemos creído en Yahoshúa el Mesías, para que seamos justificados por la fe del Mesías, y no por obras de la ley; pues por las obras de la ley ninguna carne será salva.» (Gl. 2:16)

De hecho, el «Nuevo Testamento» contiene más mandamientos que el «Antiguo Testamento». Los Escritos Nazarenos contienen 1050 mandamientos [como se muestran, por ejemplo, en «Dake's Annotated Reference Bible» por Finnis Jennings Dake; N.T. págs.313-316] mientas que la «Ley Mosaica» en el «Antiguo Testamento» contiene sólo 613 (b.Makkot 23b). Así que la fe y la gracia están en el «Antiguo Testamento» y la ley y las obras se encuentran en el «Nuevo Testamento». La gente en tiempos del Tanakh se salvaba por gracia mediante la fe tanto como la gente en tiempos de los Escritos Nazarenos.

Ahora, muchos anomianistas concordarán con este hecho en la superficie, pero sigamos este pensamiento hasta la más plena conclusión. Vayamos más allá de la superficie y verdaderamente pensémoslo bien. Si lo que hemos demostrado ser cierto es cierto, entonces la gente en el desierto en los días de Moisés se salvaban por gracia mediante la fe. Ahora vemos el pleno impacto de esa afirmación. ¡Eso significa que la gente estaba bajo la gracia, y se salvaban por la fe solamente y no por las obras, cuando Moisés estaba apedreando personas hasta morir por violar la Torah! Obviamente, entonces ser salvo por gracia mediante la fe de ninguna manera afecta la observancia de la Torah.

Así que si la gracia y la fe no niegan la observancia de la Torah, entonces ¿cuál es la verdadera naturaleza de la fe y la gracia? ¿Qué es fe? ¿Qué es gracia? Tornémonos nuevamente a las Escrituras para la respuesta.

Ahora, parte de la razón por la que muchas personas han venido a pensar que hay más «gracia» en los Escritos Nazarenos que en el Tanakh es un prejuicio de traducción en la versión Reina-Valera y en muchas otras versiones españolas.

Hay dos palabras para «gracia» en el Tanakh hebreo. La primera palabra es «Jen» (Strong 2580/2581) que significa «gracia o encanto». La otra palabra es «Jésed» (Strong 2616/2617) que conlleva el significado de «gracia, misericordia o favor inmerecido». Estas dos palabras son estrechos paralelos en significado de las dos palabras griegas en la Biblia Griega. Estas son «Járis» (Strong 5485/5463) que significa «gracia o encanto» y «Éleos» (Strong 1651/1653) que significa «gracia, misericordia o favor no-debido». Obviamente el hebreo «Jen» = griego «Járis» y el hebreo «Jésed» = griego «Éleos».

Ahora, note que que la RV tiende a traducir «Jen»/«Jaris» como «gracia» pero tiende a traducir «Jésed»/«Éleos» como «misericordia». Ahora bien, cuando pensamos en «gracia» en términos bíblicos usualmente pensamos en el concepto de «Jésed»/«Éleos» «favor no-debido».

Ahora, si seguimos el esquema de traducción de la RV entonces parece que hay mucha más gracia en los Escritos Nazarenos que en el Tanakh, ya que «Jen» aparece sólo 70 veces en el Tanakh mientras que «Járis» aparece 233 veces en los Escritos Nazarenos. Pero recuerde, el concepto de «favor no-debido» es, en realidad, «Jésed» o «Éleos». «Jésed» aparece 251 veces en el Tanakh, mientras que «Éleos» aparece sólo 50 veces en los Escritos Nazarenos. En todo caso hay mucha más «gracia» en el Tanakh que en los Escritos Nazarenos.

Ahora, volvámonos al Tanakh para obtener un mejor entendimiento de lo que es en realidad la gracia. Según las Escrituras hay una estrecha conexión entre «la gracia» y «el temor de YHWH»:

* «Porque tan alto como están los cielos sobre la tierra, así de grande es su gracia («Jésed») sobre los que le temen.» (Sal. 103:11)

* «Que los que temen a YHWH digan: «Su gracia («Jésed») es eterna.»» (Sal. 118:4)

* «Por gracia («Jésed») y verdad se expía la iniquidad, y por el temor de YHWH uno se mantiene alejado del mal.» (Pr. 16:6)

Y el temor de YHWH, según el Tanakh, incluye la observancia de la Torah:

* «...para que aprenda el temor de YHWH su Poderoso, a guardar todas las palabras de esta Torah y estos estatutos, para ponerlos por obra.» (Dt. 17:19)

* «...para que oigan, y que aprendan, y teman a YHWH tu Poderoso, y observen para practicar todas las palabras de esta Torah.» (Dt. 31:12)

Por lo tanto, claramente no hay conflicto entre la gracia y la Torah. De hecho, la Torah está estrechamente relacionada con la gracia.

La siguiente palabra que examinaremos es la «fe». La palabra hebrea es «Emunáh». Emunáh puede significar «creencia, fe o confianza» y se traduce mejor como «fidelidad que confía». Cuando hablamos de «fe» en YHWH no estamos simplemente hablando de «creencia» sino de «fidelidad que confía».

Si alguien le preguntara a usted si usted es fiel a su cónyuge, usted no le contestaría: «Sí, yo creo que mi cónyuge existe». Es porque claramente el asunto no es en qué usted cree sino si usted es fiel. Imagine a un hombre que se pasa toda la noche cometiendo adulterio con varias mujeres. Cada noche viene a su casa a su esposa y le dice cuánto la quiere, e insiste en que cómo él cree en la existencia de ella por eso él le es fiel a ella. ¿Ese fiel este hombre a su esposa? ¡Absolutamente no! Este entendimiento se nos confirma en las Escrituras como sigue: «Elimina de mí el falso camino, y generosamente concédeme tu Torah. He escogido el camino de la fe; he puesto tu ordenanza delante de mí.» (Sal. 119:29-30)

Ahora quiero hacer claro que no estamos diciendo que gana su propia salvación observar la Torah. A veces me han preguntado: «¿Tengo que guardar la Torah para ser salvo?» Yo respondo: «Por supuesto que no... ¿Tiene usted que estar limpio para tomar un baño?»

Usted pudiera preguntar: «Bueno, si no guardo la Torah para salvación, entonces ¿por qué observamos la Torah?» Primero que todo, observar la Torah muestra nuestra fe (Tit. 3:5-8; 1 Jn. 2:3-7; Stg. 2:14-26). En Segundo lugar, hay recompensas por guardar la Torah (Tit. 3:8). El Salmista nos dice que ella «restaura el alma» (Sal. 19:7).

Yahoshúa promete que los que guardan la Torah y enseñan a otros a hacerlo serán llamados primeros en el Reino del cielo (Mt. 5:19). Adicionalmente, a los judíos que guardan la Torah Mosaica se les da una larga lista de otras promesas (Dt. 28). Ahora bien, si la Torah es Buena y Eterna, entonces es solo razonable que debe ser observada. Pablo nos dice que no debemos usar la gracia como excusa para pecar (Ro. 6:1-2, 15) y que la única manera de saber lo que es pecado es mediante la Torah (Ro. 7:7). Yahoshúa nos dice que si lo amamos guardaremos su mandamientos (Jn. 14:15, 21, 23-25; 15:10). El hecho de que somos salvos por fe es precisamente la razón por la que debemos observar la Torah, como nos dice la Escritura: «...no por obras de justicia que hayamos hecho, sino según su misericordia Él nos salvó, por el lavamiento de la regeneración y la renovación del Espíritu de Santidad, que él derramó sobre nosotros abundantemente mediante Yahoshúa el Mesías nuestro Salvador, para que habiendo sido justificados por su gracia llegáramos a ser herederos según la esperanza de vida eterna. Este es dicho fiel, y quiero que ustedes afirmen constantemente que los que han creído en Elohim deben ser cuidadosos de mantener buenas obras. Estas cosas son buenas y provechosas para los hombres.» (Tit. 3:5-8)

«Y en esto sabemos que lo conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: «Yo lo conozco», y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él. Pero el que guarda su palabra, verdaderamente el amor de Elohim se perfecciona en él. En esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él debe andar como él anduvo. Hermanos, no les escribo un mandamiento Nuevo, sino el antiguo mandamiento que ustedes han tenido desde el principio. El antiguo mandamiento es la palabra que ustedes oyeron desde el principio.» (1 Jn. 2:3-7)




«…ellos (los nazarenos) son simplemente judíos completos ... No tienen ideas diferentes, sino que confiesan todo exactamente como lo proclama la Torah y en el estilo judío - excepto por su fe en el Mesías ...» — Epifanio; Panarión 29

Fuente:http://mesianicos.blogspot.com

miércoles, 25 de noviembre de 2009

CARTA QUE TODO CRISTIANO DEBE LEER!!!!


Hermanos:

Quienes crecimos en familias profesantes de la religión cristiana, sean cuales fueren las organizaciones en si: Catolicismo Romano, Cristianismo Evangélico, Adventistas del Séptimo Día, Mormones, Pentecostales, Creciendo en Gracia, Testigos de Jehová, etc. Muchas de estas enseñanzas son que Jesucristo es el Cristo que padeció en la cruz, hace cerca de dos mil años; que es el prometido en el llamado Antiguo Testamento, que fundo la religión cristiana, que es la segunda persona de la Trinidad Divina; que es Dios, que fue rechazado por los judíos, y que conquistó los corazones de millones de personas en lo siglos que siguieron a los apóstoles, bautizándose en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, para ser hijos de Dios.

En la medida que ahondamos en el conocimiento de las escrituras, vemos que comienzan a aparecer diferencias entre Jesucristo, y el Mesías Hebreo que padeció en el madero: Yahshua. Las iconografías, símbolos, prejuicios, y la cultura grecorromana, nos han influido para sistemáticamente aceptar ciertas doctrinas, y rechazar otras.

La misma base de las buenas nuevas de la redención, han sido alteradas desde los primeros siglos, enseñándose y aceptándose que el Cristo padeció un Viernes Santo, y resucitó en Domingo. Esto es imposible que tuviera lugar, puesto que al menos Yahshua (Jesus), el enviado e Hijo de Yahweh (Jehova), dijo claro que debía estar en el corazón de la tierra (muerto) durante tres días y tres noches; y estos son literales, es decir 72 horas. Por ello padeció en miércoles, el día 14 del mes Primero.

Si Jesucristo estuvo dos noches muerto, falleciendo en viernes para resucitar en domingo ¿Cómo es que él dijo que estaría tres días y tres noches en el corazón de la tierra, así como el profeta Jonas? ¿Si la base de la fe, son la buenas nuevas de la redención, y a su vez se basan en la muerte y resurrección del Mesias, quién resucitó según lo planificado por Elohim (Dios), cómo se puede enseñar una doctrina diferente? Tras ver el origen de las fechas de la Semana Santa Cristiana, vemos que dicho Viernes Santo coincide con primer viernes, luna llena siguiente al equinoccio de primavera, esto es, está en función del culto al Sol, no en función de la escritura. La Deidad Solar Mitras, cuyo culto imperaba en los primeros dos siglos luego del Mesias, era común en el Imperio Romano, quien se dice resucitó en domingo.

Mr. 16:9 dice otra cosa si cambiamos de lugar la coma, según las traducciones, pues nos dice que resucitado, el primer día de la semana apareció a Miryam de Magdala.

En realidad Yahshua había resucitado el día anterior, es decir, al finalizar el shabat, solo que las mujeres reposaron conforme al mandamiento, y fueron a la tumba el domingo.

Suele decirse que no importa cual día consideremos que resucitó el Mesias. Si creemos en un Mesias que murió y resucitó en tiempos diferentes, estamos procurando quebrantar la escritura (y no puede serlo), y creyendo en una falsa resurrección, pues de la resurrección del Mesias depende el rescate, tal cual ya comentamos. Si Yahshua dijo que debía estar tres días y tres noches muerto (en el corazón de la tierra), y enseñamos que muere en viernes, para resucitar en domingo, le ponemos por mentiroso, pues ya no son tres días y tres noches.

Y estos tres días y tres noches, son un testimonio que Elohim da al hombre, así como dio testimonio dejando tres días y tres noches a Yônâh en el vientre del pez gigante:

(Mateo 12:40): “Porque así como tres días y tres noches estuvo Jonas en el vientre de un pez grande, también tres días y tres noches estará el Hijo de Hombre en el corazón de la tierra.”

Veamos que dijo quien hizo oficial el cambio de la fecha, Constantino:

…Nos ha parecido a todos que sería algo indigno guardar esta tradición de la más alta solemnidad, siguiendo la costumbre de aquellos judíos inmundos y miserables, quienes habiendo manchado sus manos con tan horrible crimen, están además totalmente ciegos en sus mentes. Es correcto entonces que, rechazando las prácticas de ese pueblo, nosotros perpetuemos a todas las futuras generaciones, la celebración de este rito en un orden más legítimo y así no tengamos nada en común con esa chusma de judíos… como es necesario entonces, debemos enmendar esto para no tener nada compartido con las costumbre de aquellos parricidas y asesinos de nuestro Señor; por lo tanto, como la forma más apropiada ha sido establecida por todas las Iglesias occidentales también como por las norteñas y sureñas y algunas orientales, ha sido decidido que esto sea así y yo mismo me he prometido que este arreglo tenga vuestra aprobación, o sea, que la costumbre que prevalezca esté en armonía con la de la ciudad de Roma y a través de todas… y así no tener ningún tipo de relaciones con estos judíos perjuros… (Eusebio, “Life of Constantino” 3:18,19. Grand rapids, Michigan, 1979).

Es decir, la institucionalización de la fecha fue decretada por un emperador romano, pues le pareció que no podía observarse la fecha según la forma que ordena la Tôrâh (Ley). Aquel individuo tenía total autoridad en materia religiosa en el mundo pagano.

Estos cambios ignoran el testimonio del Creador, y respecto de lo cual se nos dice en la Escritura:

(Romanos 3:4): “Sea Elohim verdadero y todo hombre mentiroso”

Es decir, si aún toda la humanidad dijera una cosa, y Elohim otra, con toda certeza miente la humanidad, pues Elohim no miente.

Y así aparecen otras discrepancias, en la medida que analizamos a Jesús, cotejándolo con el Yahshua hebreo: Se nos enseñó que Jesús es una traducción, o una forma en español, o transliteración para referirnos al Mesias hebreo. Vemos que Iesous en griego es una mala transliteración del nombre hebreo, resultando en una deformación. Yahshua significa Yahweh [es] liberación/salvación. Iesous no significa esto; de hecho en español, Jesús, al ser oído en hebreo se entiende como: "Miren un caballo" (Je: He aquí/Miren; Sus: Caballo, corcel, golondrina), esto puede ser corroborado en el diccionario de concordancia: #1.887, y #5.483.

Desde las copias en griego, se sustituyó el nombre qôdesh por la palabra kurios, es decir, el título Señor. Todo esto se justifica diciendo que es lo mismo, o que no se sabe cual es exactamente su nombre. Si usted es católico o pentecostal, sabrá que en sus congregaciones se enseña que “Dios” hace milagros mediante la Virgen, los Santos, la transubstanciación del pan y el vino, y lanza a personas metros hacia atrás de los pastores, cuando estos dan un manotazo; o bien se dice que cura a las personas. Ante tanto prodigio ¿No revelaría su nombre a sus hijos, máxime siendo un mandamiento expreso de él mismo?

(Joel 2.32): “Todo el que invoque el nombre de Yahweh será rescatado.”

¿Cómo puede el Creador estar obrando prodigios y milagros tan grandes, si se han olvidado de nombre de Él, y aún han cambiado el concepto, creando así una Trinidad u otras variantes? El Salmo 44 habla que Elohim reclama haberse olvidado de su nombre, con todo lo que ello implica.

Inclusive, supuestamente, a Joseph Smith se le aparecieron el Padre y el Hijo mismo (el Padre jamás puede ser visto ) ¿Cómo no enseñó a restaurar su nombre, para así poder invocarle? Si usted es mormón o adventista, sabrá que su congregación cuenta supuestamente con gran cantidad de revelaciones. La Torah nos da testimonio del Angel de Elohim apareciendo a los hombres (de allí que veían a Elohim mismo, pues el nombre del Creador estaba en dicho angel).

La Escritura dice que el Creador tiene un nombre, ya que Elohim y muchos otros son títulos, no el Nombre; y que este nombre no puede ser cambiado; que ese nombre sería su memorial para siempre (Exodo 3:14-15). Tampoco se enseña que sea una Trinidad de tres en uno, y que el Mesias sea la segunda persona de dicha Trinidad. Yahshua mismo enseña que su Padre es el único Elohim verdadero (Juan 17:3); siendo el que llaman Espíritu Santo, la rûaj/el espíritu de Elohim, pero no una persona diferente. Cuando nos referimos al espíritu de una persona humana, en ninguna manera lo hacemos a una persona diferente dentro de un mismo ser, sino que es el aliento vital, o la fuerza que moviliza dicha persona, y que imprime su carácter y proceder en el entorno, movilizando sus obras, pensamientos y corazón. Lo mismo es con Elohim, solo que este es el Espiritu Santo. Estar ante, o en este poder, es estar ante Elohim mismo, pues es él actuando en su creación (II Corintios 3:17).

Inclusive la palabra Dios está tomada directamente del griego, y es genitivo y nombre personal de Zeus. Cuando digo dios, estoy diciendo “de Zeus”; así por ejemplo Castor y Pólux en griego se los llama los Dioskuri ¿Cómo puede ser el Creador de Zeus? ¿Cómo puede usarse un genitivo de Zeus, y decir que no se sabe cual es el nombre del Creador, como a menudo se argumenta? Inclusive el mismo Catolicismo Romano, y el judaísmo bajo la prohibición rabínica de pronunciar el nombre, admiten que el Creador tiene un nombre propio, pero no lo usan, cuando es mandamiento expreso hacerlo como ya vimos. El judaísmo en gran medida ha caído también en el uso de estos términos como el mencionado Dios, y otros.

Según el cristianismo, evangelio es una palabra correcta para hacer referencia a las buenas nuevas, pues eso proviene del griego evangelion, y significa también buena nueva, anuncio. Apóstol es una palabra correcta para hacer referencia a un emisario, pues eso proviene del griego apostolos, y significa también enviado, delegado. Iglesia es una palabra correcta para hacer referencia a una congregación, pues eso proviene del griego ekklesia, y significa también congregación, asamblea.

Siguiendo ese razonamiento, entonces:

“¿Dios es una palabra correcta para hacer referencia a un Elohim/poderoso (incluyendo al Creador), pues eso proviene del griego dios (de Zeus), y significa también poderoso?”

No significa poderoso, sino que es de Zeus, y ese es el nombre de la deidad pagana: Júpiter (Iovis Pater) para los romanos. Vemos así que llegamos a una conclusión enteramente blasfema.

La Navidad, celebrada el 25 de diciembre, no conmemora el nacimiento de Yahshua; es más, ningún creyente del siglo I festejó nunca el nacimiento de Yahshua, menos aún un 25 de diciembre, fecha en la cual el mundo pagano hacía celebración del nacimiento del Sol ¿Cómo puede decirse que el Mesias verdadero nació en el mismo día que el Sol, en el solsticio de invierno? El cambio del día de precepto del sábado al domingo, también tiene que ver con la alteración de estos tiempos, pues en domingo es cuando se convocaban para el culto al Sol en el Imperio Romano.

¿Qué sucedió entonces: Hubo una conversión genuina de parte del Imperio Romano al Mesias de Elohim, o sencillamente formaron una nueva religión, despojándose de todo lo hebreo, y acomodando todo a una nueva forma de culto con base en el mismo paganismo?

Las evidencias muestran esto último fue lo que aconteció.

Como se puede apreciar, tanto la Semana Santa, como el culto en Domingo (Latín: Dominicus ; Inglés: SunDay ), así también como la Navidad, son fechas que no tienen nada que ver con la Tôrâh, al menos en el marco de la sana doctrina.

Seguramente usted a leer esto se le cruza por el pensamiento decir judaizante. Aun hasta el concepto de judaizar está cambiado. El término aparece en la carta de Pablo a los gálatas, cuando éste reprende a Pedro en Antioquía. En aquella instancia se apartaba de compartir con los gentiles, cuando llegaron partidarios de la circuncisión. Esta gente de la circuncisión predicaba que para ser salvo había que circuncidarse, poniendole condiciones a la salvacion, y ese es el objeto de la carta de Pablo a los gálatas: Reprender a quienes pensaban que la justicia era por las obras de la Tôrâh, pues por las obras de la Tôrâh nadie será justificado, aunque sea la norma de vida y creencia para el pueblo de Elohim, sino que la justicia es solo por la fe. Al apartarse Pedro, en su simulación, daba el siguiente mensaje a los gentiles: Si no se circuncidan no podemos comer juntos. Sin embargo esto no es lo que nos anuncia la buena nueva de la redención en el Mesias, donde se nos dice que tanto naturales como gentiles somos uno en Yahshua. Además la disposición de no comer con gente de las naciones es una prescripción rabínica, no un mandamiento de la Tôrâh. No obstante todo esto, hoy en día se usa el término judaizar/judaizante, al hacer cosas en común con los judíos y que son de la Tôrâh, como guardar el sabado. En ese caso aún el creer en el Mesias y guardar cualquier mandamiento de la Tôrâh es entonces judaizar y “caer de la gracia”, como se suele llamar en el cristianismo, por tanto debiéramos apartarnos de toda la fe hebrea. Al hacer esto los mandatarios religiosos fueron inculcando apartarse de la Tôrâh, y es el misterio del que habla Pablo a los tesalonicenses cuando dice: Está en acción el misterio de la separación de la Tôrâh (ilegalismo: Sin ley), dicho en griego como anomia, y significa sin ley. Precisamente todo esto de lo que hablamos es separarse de la Tôrâh. Pero la Tôrâh es lo que define el pecado, por tanto si enseñamos a separarnos de la Tôrâh, estamos enseñando a pecar.

¿Qué eres entonces si guardas el día del Sol (domingo)? ¿Paganizante? Es evidente que el espíritu antisemíta ha influido en esta definición de lo que es judaizar. Es cierto también que la sana doctrina proviene de los Judios ¿Es el Creador Judio? No, no lo es; pero se reveló primeramente a ellos, y luego las buenas nuevas fueron a las naciones; donde tras la necesidad de los poderosos romanos de lograr la unidad religiosa, produjeron sincretismos en las doctrinas en una nueva religión, de manera que fuera asimilable por las muchedumbres de las naciones. Las doctrinas fueron armadas en función de una común aceptación de parte de las masas de individuos acostumbrados a vivir en el paganismo. La persecución fue reemplazada por la sustitución, surgiendo así el Cristianismo, o la Religión Católica. Nunca se dijo que Yahshua daría origen a una nueva religión; sino que vino a completar una, en todo caso. La expresión hacerse seguidor del Meisas (mesianico, como se les llamó en Antioquía) no implica cambiar de religión para los judios, sino aceptar al Mesias como rescate, creer en él; pero ellos no dejan de ser judios. Tampoco nosotros dejamos de ser gentiles según la carne, sino que somos injertados en el olivo natural, siendo desgajados del silvestre por el poder de Elohim; participando de la misma sabia que los yisraelitas naturales, por tanto no hay un Israel y una Iglesia Cristiana, sino que todos son Israel, la asamblea de Yahshua. No hay religión nueva, sino integración de dos pueblos en uno; siendo este pueblo, el natural, el olivo de huerto (Romanos 11), donde se han injertado ramas silvestres (gentiles). La Escritura no dice que un olivo silvestre sería tomado como pueblo, ni que el olivo de huerto sería reemplazado por un equivalente silvestre. En otras palabras, los gentiles injertados, somos Israelitas, injertados contra nuestra condición natural de gentiles, y ahora somos conciudadanos de los santos, y pueblo de Elohim. No hay un pueblo de Elohim por un lado, y una Iglesia Cristiana por otro, como suele afirmarse; sino que todos somos pueblo de Elohim, unos naturales y otros tomados de las naciones e injertados, pero ahora somos todos ciudadanos de la nación de Israel.



¿Podemos confiar en las versiones de las escrituras?

La verdad es que la escritura es inspirada, pero en ninguna manera debe suponerse que lo son las distintas traducciones y versiones. Existen diferencias substanciales en diferentes versiones, aún en pasajes completos, que en unas versiones están y en otras no; y esto se debe a que también los manuscritos disponibles son copias de copias de los originales, en distintas lengua, y difieren entre si desde detalles que no alteran los significados, hasta en pasajes completos.

Suele decirse que las versiones tal como están dadas, no alteran las doctrinas fundamentales. Deberíamos preguntar a los teólogos que esto afirman, que entienden ellos como doctrinas fundamentales. La Trinidad es una doctrina fundamental en el Cristianismo, sin embargo no hay pasaje que la respalde, como ellos mismos lo reconocen.

A esto hay que agregarle que en la traducción, la misma palabra en griego, hebreo o arameo es traducida de diferente manera por los traductores, haciendo que la interpretación subsecuente sea diferente.

Otra de las cosas sucedidas es la sustitución del nombre del Creador por Señor, en vez del Nombre. En las copias más tempranas de la Septuaginta (versión en griego de los escritos hebreos) se escribían las cuatro letras del nombre. El quitar el nombre propio del Creador, también influyó en las copias de los escritos en griego de los emisarios; lo notamos en las citas que se hacen en dichos escritos, y que son de los escritos más antiguos (llamado Antiguo Testamento por el Cristianismo, y Tanak por los hebreos).

Desde el griego se transliteró el nombre del Mesias como Iesous, y finalmente en español e inglés Jesús. En hebreo Jesús significa: ¡Miren/He aquí! [Un] caballo, no Yahweh [es] liberación/salvación.

Pasajes como Mateo 28:19, y I Juan 5:7, están añadidos:

(Mt. 28:19) (RV60): “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.”

Los emisarios/apóstoles jamás bautizaron de esa manera, sino que lo hacían en el nombre de Yahshua (Hechos 2:38); lo cual indica que esa formula fue añadida. De hecho las Buenas Nuevas del Mateo en hebreo de Shem Tob, no tiene el pasaje.

(I Juan 5:7): “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.”

Este pasaje es una añadidura a la escritura, pues no se encuentra en los manuscritos más antiguos.

Y así sucesivamente, alteraciones claras y directas, así como muy sutiles, tal el caso de I Timoteo 4:1:

(I Timoteo 4:1): “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe…”

La palabra postreros que es último, no expresa lo que la palabra griega quiere decirnos, que es justeros, la cual designa próximos, por venir, que viene, y no necesariamente postreros o últimos, la cual más específicamente es esjatos.

Usted dirá ¿Cuál es el problema, siguientes o últimos, no hay apostasía al fin? Efectivamente, solo que si digo apostasía para el final, deberíamos suponer que durante los primeros siglos a los delegados (siglos I, II, y III), no hubo caída de la sana doctrina, sino que es de esperarse en estos últimos tiempos. Sin embargo la traducción correcta, nos muestra la realidad, y respecto de lo cual nos hablaron los mismos emisarios: Luego de la partida de ellos (próximos tiempos, no últimos), se infiltraron lobos rapaces que no perdonaron al rebaño ¿Quiénes fueron estos lobos? Fueron filósofos cuya fe tenía raíz en conceptos paganos, y dejando de lado la raíz hebrea de la fe, introdujeron otras formas para interpretar la escritura, llevando a la caída de la sana doctrina y produciendo una religión sustituta. El abandono de todo lo que tuviera algo de fe hebrea tuvo mucho que ver ¿Podrían ellos tener la misma doctrina con base en los hebreos? ¡De ninguna manera! Además los poderosos romanos se consideraban representantes de la deidad en la tierra, por tanto tenían (según ellos) el poder de cambiar las doctrinas, o lo que creyeran necesario para lograr no la verdad (o sí, según ellos), pues ésta no se puede alterar, sino la unidad religiosa del imperio.

Muchos cristianos citan a los Padres de la Iglesia o, o a escritos primitivos, en apología a sus doctrinas, suponiendo que dan luz sobre los escritos inspirados. La escritura es clara en cuanto a edificarse sobre el fundamento de los apostoles, profetas y Yahshua mismo (Efesios 2:20). Hacer lo contrario, esto es, procurar interpretar la escritura en base a lo que dijeron los hombres luego de la muerte de los apostoles (Cristianismo Primitivo: Siglos II al IV), sería no obedecer estas premisas, y muy peligroso, considerando que los lobos rapaces se introdujeron ni bien partieron los apostoles, tal cual nos lo dicen muy claro (Hechos 20:29).

El Protestantismo conserva hoy en día la misma base de la fe profesada por Roma. Aquel que sea llevado a la verdad, irá al siglo I, al fundamento de los emisarios, los profetas, y de Yahshua mismo, la palabra de Elohim; lo cual implica cambios más de base. Si alguno edifica sobre bases incorrectas, entonces lo que no sirve se quemará (I Corintios 3:15).

En resumidas cuentas, la nueva religión formada por el mundo pagano, dejó atrás la verdad, argumentando un cambio de pacto, y se le sumó una actitud de rechazo hacia todo lo judío. El término Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, sugieren que hay algo pasado, viejo, que ya no está en vigencia; y nuevo, sugiere que es lo que está en vigencia, y es actual. Esto también trae aparejado que se considere a los mandamientos de la Tôrâh como abolidos. No hubo tal abolición, sino un cambio de la mediación/sacerdocio, donde se levanta uno según el orden de Melquisedec. Sin duda el pretexto del pacto abolido, fue la excusa para dejar ciertas prescripciones que resultan cien por ciento aplicables; y no solo eso, reemplazarlas por prácticas paganas, como el domingo como día de precepto, el culto solar en general, Navidad, Semana Santa, la Trinidad Divina, la Reina del Cielo, etc.

Gracias por leer.


“Todo aquel que invoque el nombre de Yahweh será rescatado…”
(Yoel/Joel 2:32)

Si alguien tiene oídos, que oiga.
(Revelación/Ap. 13:9)